lunes, 20 de abril de 2020

PLAGA MUNDIAL

Ante el coronavirus el ser humano se convierte en una plaga que se resiste  a cambiar sus hábitos, estilos de vida  o actitudes.
El miedo de perderlo todo ha hecho que los seres humanos acumulen cosas tan insignificantes, que se desprenden de sus vidas para obtener lo que les gusta o les falta.  Vivimos en una sociedad consumista y de apariencias. No reparamos en lo mínimo para obtener lo que queremos, olvidando los principios de fraternidad y de libertad. Estamos siendo esclavos de nuestras decisiones y caprichos, sin importar las consecuencias que estás nos causen. Vivimos en un mundo acelerado y no nos detenemos un instante para pensar que estamos haciendo mal. Respondemos a una elite egoísta, donde no nos importa hacerle daño a quienes nos rodean.  
Ante una situación catastrófica en la vida, buscamos cualquier explicación o excusa por más absurdas que estas sean para justificar nuestra forma de ser o vivir. No tomamos conciencia de los mensajes y señales que nos presenta la vida, limitándolos a simples infortunios en la misma. Vivimos en un mundo de ilusiones, caprichos, presunción, soberbia, críticas y envidias. Rehusamos el conformismo como estilo de vida, nos volvemos consumistas hasta de nuestro propio ser. Ante el más mínimo llamado de advertencia en nuestras vidas, buscamos una explicación o excusa para justificar nuestros errores o fracasos. No nos detenemos a pensar en lo que hicimos o estamos haciendo mal. La naturaleza es sabia y siempre nos envía mensajes de advertencia, pero por estar ocupados en nuestras obligaciones adquiridas, nos olvidamos de todo, hasta de saber vivir. Somos máquinas del tiempo, vivimos por vivir, sin apreciar las cosas buenas de la vida y que muchas veces no tienen precio. 
Le damos color a las cosas más insignificantes, que nos inflan el ego,  pero nos vacían el alma. El ser humano al estar en peligro de muerte hace un alto en su vida, piensa en lo que estaba haciendo mal y automáticamente lo desecha de su mente pero no de su alma. Vivimos consumiendo todo lo que vemos, todo lo que nos gusta y hasta lo que no podemos, sacrificando nuestra propia esencia. 
Al estar encerrados en nuestro propio entorno, vemos que la felicidad no es tener de más, la felicidad es tener lo necesario para poder vivir. El tiempo se ha detenido a nuestro lado, vemos que se puede vivir con lo necesario. Estamos convencidos de que muchas de nuestras familias que ya no están, quisieran estar a nuestro lado también, para mostrarnos que no hay nada más valioso que convivir en armonía con la naturaleza y con cada ser que nos rodea. 
La vida continúa sin detenerse, ahora que has hecho un alto en tu vida, te has preguntado qué pasaría si en vez de que un virus ataque nuestro sistema inmunológico, este atacara nuestro sistema de comunicación virtual. La historia sería distinta causando una gran hecatombe.
En el silencio de tu ser interior, respira y mira más adentro de tu ser. Descubrirás a ese niño o niña que jugaba y se alegraba sin tanta vanidad. Lo que nunca has tenido, nadie te lo dará y al tratar de conseguirlo caerás en el egoísmo que no permite darte cuenta que nada te pertenece si no lo compartes con los demás. 
Recuerda vaciar la mente y llenar el alma para seguir respirando.
(Fany Bonilla)
Tarologa, terapeuta y sanadora espiritual.

domingo, 5 de abril de 2020

CONSECUENCIAS DEL CORONAVIRUS



Presos en nuestras propias casas, bajo un mismo planeta llamado tierra. Muchos seres humanos sienten la necesidad, otros la angustia de no poder saber cuando acabará esta pandemia. Vivimos acostumbrados al conformismo, viviendo como muertos esclavos del trabajo a la casa o de la casa a los placebos de la vida! Buscamos siempre algo que hacer para no estar aburridos en nuestros hogares y mas ahora que nos sentimos en una prisión. La comunicación, la convivencia social y familiar logran un efecto auto sanador, pero nos hemos acostumbrado a la soledad, siempre y cuando estemos conectados con las nuevas tecnologías de comunicación. Qué pasaría si en nuestro planeta hubiese un cortocircuito y todas las comunicaciones llegaran a colapsar? Cómo sería nuestro mundo aislado ahora si! Aunque en realidad no lo sería porque estaríamos rodeados de nuestros seres queridos y amistades! Pero realmente, qué está cambiando en nosotros con este confinamiento? Nos damos cuenta que somos tan codependientes de nuestros placeres y vicios. Encerrados en nuestro propio territorio nos sentimos extraños, nos volvemos agresivos, no soportamos la presencia del otro porque nunca habíamos prestado tanta atención como hasta ahora. Este confinamiento nos obliga a ser más tolerantes, a no jugar con los sentimientos de la otra persona. A ser cada día mas conscientes y ver que no tenemos nada comprado; darnos cuenta que solo el amor hacia nuestros semejantes hará que soportemos este encierro, vicio y sobre todo, la realidad en que vivimos. Sentimos que todo nos lo merecemos y nos damos cuenta que en la vida, en las catástrofes (enfermedades), todo nos es dado por un inmenso amor hacia la humildad. No destruyamos nuestro mundo que es nuestro propio espacio. Deja de hacer lo que estás haciendo ahora y por una vez en tu vida, dile a esa persona que está contigo a tu lado, lo importante que es para ti! Recuerda que ellos también están sufriendo y sienten que están perdidos en su propio mundo! Si no puedes decírselo en persona, toma el teléfono y llámale ahora. Te aseguro que te lo agradecerá con toda su alma. Comencemos a hablar entre nosotros y dejemos de lado los mensajes de textos y todo medio digital que nos mantiene todavía aislado.
El mundo está cambiando, ayúdalo a cambiar con buenas acciones y verás que todos seremos aún mucho mejor! 
La decisión es tuya, no pierdas tiempo para tomar conciencia! 
(Fany Bonilla)
Tarologa, terapeuta y sanadora espiritual.


viernes, 3 de abril de 2020

CONFINAMIENTO POR EL VIRUS


La mayoría de las personas creen que el hecho de resguardarse es suficiente para evitar el contagio, que grave error! En la actualidad no basta con detenernos y esperar que todo vuelva a la normalidad. 
Lo cierto es que nada volverá a ser igual, muchas cosas cambiarán en nuestro acontecer vivir. El hecho de que nos resguardemos o nos aislemos no significa que es para seguir con nuestro mismo estilo de vida. Se necesita hacer un cambio profundo que implique responsabilidad ante los desafíos que vivimos a diario. Casi el 90 por ciento de toda nuestra población habrá adquirido el virus, unos no lo sentirán, otros se verán afectados con síntomas y en el peor de los casos algunos serán vencidos por este virus. No sigamos pensando que después de esta pandemia mundial, las cosas seguirán siendo igual. Es el momento que te vayas preparando para asumir una nueva conciencia, es el momento de eliminar lo que te perjudica, lo que no te sirve para vivir. Es tiempo de que tomes control de tu vida y dejes aún lado todas aquellas dependencias que te impedían ver la vida en su máximo esplendor.
Recuerda que la vida nunca será un problema, más bien es la solución a todos nuestros problemas.
Renaceremos en una nueva conciencia y es de esa forma que conoceremos el despertar de la conciencia.
(Fany Bonilla)
Tarologa, terapeuta y sanadora espiritual.