En tiempos de pandemia el coronavirus nos ha enseñado que el rey ha tenido que dejar su corona para comenzar a ser más humilde y ser más humano. Hoy en día vemos cómo hemos aprendido a dar y a compartir, desprendiéndonos del egoísmo y la avaricia; solo así podemos comprender que nada tenemos y nada nos llevaremos. Quienes se aferran a continuar con las mismas prácticas del pasado, haciendo las mismas cosas de siempre, desesperados por tener más en vez de aceptar que se nos está enviando un mensaje a nuestro inconsciente. El ser humano por excelencia está acostumbrado a las rutinas, costumbres y vicios, sin saber qué muchas de esas cosas adquiridas por gusto, los están llevando a una encrucijada sin salida, al menos que comiencen a tomar conciencia y ver que la vida se nos puede ir en un suspiro. Quién sabe que cosas más tengan que pasar en nuestro mundo para darnos cuenta que lo único que tenemos valioso es la relación familiar que hemos creado con personas que estarán pendientes de nuestro proceso que aún está vigente.
Todo en la vida tiene solución si decidimos renacer en una nueva conciencia, llena de amor, creatividad, e ilusiones. Por último y menos importante el querer aferrarnos y enfocarnos solo en la materia.